Una de las situaciones más preocupantes lo constituyen las revendedoras del mercado principal de esta ciudad, que ya está cerrando las arterias principales, poniendo en peli-gro sus vidas y la de sus clientes. ¿Quién podría asegurarnos que algún día de estos un vehiculo de transporte público o el vehiculo cualquiera perdiera la dirección o los frenos y atropelle a las revendedoras?, el sólo pensarlo me eriza la piel, ¡esto sería una tremen-da desgracia!.
Pero, en verdad, no podemos culpar solamente a la municipalidad, ya que en varias oportunidades les ofreció reubicación y la respuesta a esta propuesta siempre fueron protestas, motivo por el cual siempre quedo en la nada.
En esas ocasiones siempre escuché las mismas excusas; “somos pobres”, “tenemos mu-chos hijos que alimentar”, “nuestros clientes no van a ir a comprar donde nos quieren llevar”, etc.
Mi pregunta es: ¿Hasta cuando el intendente o el responsable de darle una solución a es-ta situación hará lo que corresponde? ¿O están esperando que ocurra primero una des-gracia? ¿Van a tomar las decisiones o se dejaran llevar por esta gente que no ve más allá de sus narices y que el día de mañana si ocurre algo serán los primeros en reclamar?, ¡que eso sí lo saben hacer muy bien!.
Les invito a reflexionar acerca de las justificaciones de estas personas: ni serán ricos, ni alimentarán a sus hijos si les ocurre alguna desgracia. Todo cambio implica un tiempo para acostumbrarse, las revendedoras se acostumbrarán a sus nuevos sitios al igual que sus clientes, todo es cuestión de tiempo
Lo necesario es que se tomen las medidas pertinentes lo antes posible. El intendente y sus colaboradores fueron elegidos para gerenciar y desarrollar un municipio, NO para dejarse llevar por personas que no tienen la visión futurista que deberían tener los go-bernantes.
Numaba

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